Cuando superas la barrera de los 30 tacos, la relación con los amigos pasa a otra dimensión. Para explicarme mejor, adjunto a continuación un email real que hoy mismo ha mandado un colega al resto de la cuadrilla (pongo *** donde aparecen datos personales del colega en cuestión para salvaguardar su derecho a la intimidad... aunque si tenemos en cuenta la cantidad de gente que lee este blog, puede dormir muy tranquilo). Por cierto, el jodido Soderling también ha ganado a Djokovic. Bueno, a lo que voy, este es el email en cuestión:
Queridos amigos,
Me llamo *** ***, soy un chico bastante majo que vive en *** y trabaja en *** de chaperico. Tengo mujer e hija. Alguno de vosotros me recordaréis porque de vez en cuando me quedo calvo, de mi boda, de que iba a cenas del ***, de que organizaba despedidas de soltero, etc...
El caso es que estoy colgado y he pensado en que a alguno de vosotros le podría dar pena y me podría acompañar viendo el Barça-Madrid este domingo a las 19.00.
Me da igual el sitio y es casi seguro que mi mujer me dejará acudir a tan entrañable evento, si bien os ruego que vayamos a verlo a un sitio que no haya prostitutas porque mi moral me lo impide y el cilicio me hace daño.
Si me dejáis ir con vosotros me dejaré insultar y que os metáis conmigo y mi patética vida. Sí que os pido respeto hacia mi mujer e hija porque no tienen la culpa de que sea como soy.
Os quiere,
***
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