lunes, 29 de marzo de 2010

Relato encadenado

Iosu es uno de los protagonistas del post que publico cada 3 semanas, informando de resultados tenísticos que a "casi" nadie interesan. A los que os pasáis por aquí de vez en cuando, os resultará familiar este nombre junto a los de Joaquinito, Miguel y Fernando. Hoy mi intención no es hablar de tie-breaks, sino de la propuesta que me hizo Iosu y que tras hablarlo con él, quiero hacerla pública a través de este medio.

Hace un tiempo, su hermano Javier comenzó un proyecto que consistía en escribir una historia, pero no una cualquiera; su idea era encadenar aportaciones de diferentes personas para crear un relato. Como él decía, no es más que un juego divertido con un final incierto, pero seguro que interesante.

Por lo tanto, si eres uno de los agraciados en recibir este relato encadenado, sigue las instrucciones que te llegarán por email y habrás participado en este curioso juego. Estoy seguro que con la calidad narrativa de los lectores de este blog, el resultado de este relato encadenado puede llegar a ser espectacular. De momento hay 4 aportaciones, yo escribiré la quinta y tú puedes ser el encargado de escribir la sexta.

Si estás intrigado, no tienes más que solicitarme el relato y seguir las instrucciones. Os dejo mi correo electrónico:

fllacar@yahoo.es

NOTA: cuántos más os animéis, más interesante será el resultado final.

jueves, 25 de marzo de 2010

Ranking 3 (turno 7º, 2009-2010)

Voy al grano:

Iosu: una victoria (7-5) y una derrota (4-7). Se mantiene en el grupo 19. No está atravesando su mejor momento anímico... hay que levantar ese ánimo... deberías jugar un partido con Joaquinito (sonrisa maliciosa).

Joaquinito: una derrota (2-7) y un "no presentado" del rival. Se mantiene en el grupo 16. Sigue sin victorias en el 2010... necesita un punto de inflexión.

Miguel: no ha podido jugar ninguno de sus 2 partidos, ya que aún no se ha recuperado de la operación de su muñeca. Baja al grupo 14.

Fernando: una derrota (6-7) y una victoria (7-0). Se mantiene en el grupo 6.

Cambiando de tema, un español ha ganado un concurso de "cortos" organizado por la BBC, en el que se pedía a los concursantes que reflejaran la realidad de su país. El vídeo de nuestro compatriota trata, como no, sobre el paro.

domingo, 21 de marzo de 2010

Secundarios de lujo

Ayer perdió Rafael Nadal en las semifinales de Indian Wells, circunstancia que muchos abrazafarolas aprovecharán para criticarle, argumentando todo tipo de estupideces... es que lo basa todo en el físico, ya se le veía venir, que no se dedique a hacer vídeos con Shakira, ya no es el que era, no sabe sacar, es que su tío no tiene ni idea... en fin, que de oportunistas está el mundo lleno.

Yo admiro mucho a Rafa, y para mí es un ganador nato, pero aún le admiro más cuando pierde. Puede parecer una contradicción, pero cuando un deportista de este nivel no consigue victorias por la razón que sea, para mí su leyenda se agranda y me hace ver el mérito que tiene todo lo que ha conseguido hasta ahora. También he de admitir que yo siempre he mostrado una especial predilección por los segundones y perdedores, aunque éste no es el caso, por supuesto.

Antes de seguir este post, diré que el termino "segundón" o "perdedor" en el deporte de élite hay que matizarlo, ya que todos los personajes que iré mencionando en las próximas líneas, para mí son unos auténticos ganadores, pero nunca fueron un nº1. El primero que me viene a la cabeza es el ciclista Gianni Bugno al que le tocó competir con el gran Induráin. Muchos ya se encargaron de definirle como un segundón, a lo que yo siempre contestaré que pocos han ganado 1 Giro de Italia y 2 Campeonatos del Mundo. Siempre me cayó bien este italiano.

En mi época del colegio, casi todo el mundo al que le gustaba el baloncesto tenía como ídolo a Michael Jordan... en cambio, yo tenía mi habitación empapelada con fotos y posters de Chris Mullin. ¿Razones? Era zurdo (como yo) y basaba todo su juego en la técnica, muy escasa en una competición llena de músculo, como lo es la NBA. Además, en su época universitaria fue alcohólico, y tras superarlo fue capaz de llegar a ser unos de los mejores aleros de la NBA, ganado dos medallas de oro en los JJOO. Para mí, eso sí que es ser un auténtico ganador.

Cuando llegaban las pruebas de atletismo en cualquier campeonato, siempre tuve un especial cariño al namibio Frankie Fredericks. ¿Por qué? Muy sencillo, estaba harto de ver a prepotentes atletas norteamericanos ganar todas las pruebas, así que el hecho de descubrir a un tío de Namibia que les plantaba cara, me molaba. Si repasas su palmarés, descubrirás que ganó 8 medallas entre Campeonatos del Mundo y JJOO, de las cuales son 7 de plata y 1 de oro, pero, joder, que le quiten lo bailado, y más cuando tuvo que verse las caras con el gran Michael Johnson (sí, el tipo que corría de esa forma tan rara).

Y no sólo en los deportes me pasa esto, en cualquier otro ámbito de la vida siempre me fijaré más en el discreto, el prudente, el que se mantiene en segunda fila... por eso me molan más los actores secundarios que los protagonistas. Podría poner muchos ejemplos , pero ahora sólo me vienen a la cabeza Christopher Walken, Hearvey Keitel, Benicio del Toro y Morgan Freeman. Y en cuanto a personajes del cine, jamás olvidaré el papel interpretado por Kevin Spacey en la película American Beauty, tan perdedor como encantador.



Cuando voy a un concierto me da rabia perderme a los teloneros y siento especial debilidad por el que falla el penalty decisivo en la final; siempre me gustó más Sergio Casal que Emilio Sánchez Vicario, los austeros Celtics que los hollywoodienses Lakers, Iniesta que Cristiano, los zurdos que los diestros, las atractivas que las bellas, Blas que Epi, el Coyote que el Correcaminos... ojalá el mundo estuviera gobernado por secundarios de lujo.

La calidad deportiva de Fernando Alonso está fuera de toda duda, pero muchos se empeñan en cuestionar su calidad humana considerándole un segundón en lo que a carisma se refiere... pues aquí yo también me revelo. Por supuesto, no le conozco personalmente, pero tengo la sensación de que es tío tímido y reservado, sólo eso. Al asturiano le pagan por ganar carreras, no por ser simpático... cuántos simpáticos hijos de puta hay en el mundo. El otro día le vi en una entrevista, y le preguntaron por algún defecto suyo y el piloto contestó que es consciente de que no tiene una personalidad atractiva, que es un tío estándar, pero es lo que hay. ¡Chapeau por mi tocayo!

Al igual que Alonso, Rafa Nadal está en otro nivel dentro del deporte internacional y sería obsceno llamar segundón a un tío que ha ganado 4 Roland Garros, 1 Wimbledon, 1 Open Australia, 1 oro olímpico, 15 Masters 1000 y 3 Copas Davis... pero me atrae mucho más como número 2 del mundo consiguiendo hacer llorar de vez en cuando al mejor de la historia, que como número 1. Mi intención no es menospreciar a Federer, que me parece un caballero, pero en general me gusta más el esforzado que el talentoso, el humilde que el prepotente, el aspirante que el campeón... quizás por eso, prefiero ver a Nadal como el segundo o el tercero del mundo, pero aspirando a amargarle la existencia al que tenga por arriba. De esta forma, las derrotas se asimilan adecuadamente y las victorias saben mucho mejor.

miércoles, 17 de marzo de 2010

Cuadrilla

Aún recuerdo cuando iba a la peluquería con 10 años; mi primera y única frase al entrar era "ha dicho mi madre que me cortes el pelo muy corto". En esa época no tenía otra elección, es más, cuando regresaba a casa, mi madre me echaba un vistazo y me solía decir lo siguiente: "pues no te ha cortado mucho, ¿eh?".

Con esa edad, me quedaba quieto como una estatua, casi sin pestañear, mientras el peluquero hacía su trabajo. Y, por supuesto, daba igual que sintiera que el corte de pelo no me favorecía, jamás decía nada; pagaba el dinero que me había dado mi madre, me despeinaba con las manos nadas más salir a la calle y me iba a casa con ese picor típico de los pelos caídos sobre la nuca. No sé si seré el único, pero cada vez que al peluquero le da por peinarte cuando ya ha terminado su trabajo, jamás acierta con tu estilo y te sientes totalmente ridículo con su super-peinado; él te pregunta "¿así, qué tal?" y tú le respondes "bien, bien" (cuando realmente estás pensando: bien, bien que me lo voy a despeinar nada más salir de aquí... vaya mierda que me has hecho).

Ahora, con 32 años, cuando voy a la peluquería ya soy yo el que elijo el estilo de corte de pelo que quiero, incluso me atrevo a decir lo siguiente: "no te preocupes, ya me peino yo en casa". Otra cosa que he ganado con la edad es que ya no permanezco mudo mientras el peluquero corta mi pelo, todo lo contrario, mantenemos todo tipo de conversaciones. El otro día, el diálogo se centró en el mundo de las cuadrillas, amigos y amiguetes.

Tras vivir en varias ciudades, me he dado cuenta que el concepto de cuadrilla se encuentra muy arraigado principalmente en el norte de nuestra península. Hay muchas variedades, pero el perfil de cuadrilla que a mí me ha tocado vivir más de cerca es el de un grupo de amigos formado en el colegio a la edad de 14-15 años, compuesto únicamente por varones, con la entrada muy restringida a posibles nuevos miembros y cuyo nexo de unión era el trinomio "deporte-primeros ciegos-primeros ligues". Imagina cómo puede evolucionar este nexo de unión cuando ya han transcurrido cerca de 20 años...

Últimamente me da por preguntar a mucha gente cómo entiende el concepto de "cuadrilla", y aunque las respuestas son muy variadas, en el fondo saco una conclusión un poco pesimista de todos estos puntos de vista. Y digo pesimista porque en general, una vez pasada la barrera de los 30 tacos, la visión que se tiene es la de una relación de mínimos: la cuadrilla ahí está, para cuando me conviene, para cenar de vez en cuando con los colegas y para poco más... Es entonces cuando me pregunto: ¿hasta qué punto merece la pena esforzarse por mantener esta relación? ¿qué me aporta esa relación de mínimos?

Mi peluquero me comentaba que algún miembro de su cuadrilla aún no le ha llamado para preguntar por su recién estrenada paternidad, y ya han pasado 2 meses. En cambio, otros amigos, posteriores a la cuadrilla, han estado preocupándose en todo momento. Tampoco es plan de ponerse transcendental, pero hasta qué punto se debe "fidelidad" a la cuadrilla... si hago un plan con unos amigos, ¿tengo que planteárselo a toda la cuadrilla? La respuesta obvia sería "no", pero aquí un servidor tendría una extraña sensación de culpa que al final le forzaría a hacer público el plan. Lo malo es que esa sensación de culpa, pronto se convierte en una sensación de "soy gilipollas" cuando delante de tus narices, dos de tu cuadrilla quedan para cenar al día siguiente y a ti ni te lo plantean. Sé de uno que, ante tales preocupaciones, enseguida diría: "joder, parecéis tías".

No creo que sea cuestión de parecer tía o no, sino de preocuparse un poco por la cada vez menos valorada palabra "amistad". Yo soy de los que piensan que la amistad hay que cuidarla, porque de lo contrario, el tiempo y la dejadez se encargan de destruirla y llega un momento en el que ese amigo de la infancia es hoy un auténtico desconocido para ti. Supongo que todo esto que estoy contando forma parte de un proceso vital lógico, y uno no se puede oponer al transcurrir del tiempo, ni puede esperar lo mismo con 30 que con 20 años. Los amigos se van casando, teniendo hijos, haciendo nuevas amistades y marcando su propio camino. Es normal que esos caminos no siempre se crucen, pero lo difícil puede que sea el darse cuenta. Precisamente por ello, ahora mismo me conformo con tener el conocimiento suficiente para poder diferenciar el grano de la paja, y poder así obrar en consecuencia. Por cierto, veo que el peluquero me ha hecho un pequeño trasquilón en el lado izquierdo... eso por hablar tanto... es que parecemos tías.

miércoles, 10 de marzo de 2010

Anónimo

Ocurrió hace 15 años en un partido de fútbol de la liga inglesa. El francés Eric Cantona había sido expulsado tras una fea entrada a un rival y se dirigía al túnel de vestuarios. El ambiente estaba caldeado y durante su trayecto recibió todo tipo de insultos por parte de la hinchada enemiga. Hasta aquí nada nuevo en el mundo del fútbol; lo que pasó a continuación provocó unas de las acciones más recordadas sobre un campo de fútbol.

Matthew Simmons, hincha del Crystal Palace, no había tenido una buena semana en el curro pero eso no parecía importarle ya que el fin de semana le esperaba una cita importante... el gran Manchester United llegaba a la ciudad y eso había que celebrarlo. Antes del partido tocaba enciegarse con los colegas para poder ir al encuentro bien "entonado". A medida que el alcohol va invadiendo las venas de Matthew, el joven british se va creciendo y compite con sus amiguetes para ver quien es el más gallito. No sé si el concurso lo ganó él, no lo creo, porque dejó lo mejor para el final.

Cantona, con caminar lento y chulesco, recorre la banda camino de la ducha; mientras Simmons, totalmente embriagado, no para de soltar burradas jaleado por sus acompañantes. Entonces se produce un cortocircuito en la cabeza del joven hincha, probablemente provocado por su afán en convertirse en el jefe de su manada... baja varias filas para ponerse a la altura del francés y le suelta lo siguiente:

"Vuélvete a Francia con tu puta madre, bastardo"

El resto de la historia ya la sabéis todos. No seré yo quien defienda la reacción de Cantona, pero sí que hubo algo en aquella acción que me fascinó y no fue otra cosa que el hecho de individualizar a la masa. Esa frase no es mía, por supuesto, pero lo leí en una columna de un periodista cuyo nombre no recuerdo ahora (ni nunca). El escritor en cuestión, aún censurando la agresión del futbolista, en cierto modo aplaudía el hecho de haber puesto nombre y apellidos al cobarde que se esconde en la multitud para tirar la piedra y esconder la mano.

La patada de Cantona fue una forma de señalar con el dedo al tío que se refugia en el anonimato para insultar gratuitamente, como dijo el periodista, individualizar a la masa. Y esta forma de actuar, la de los anónimos, puede llevarse a muchos otros ámbitos de la vida, sin ir más lejos al mundo de internet. Cuántas veces habremos visto comentarios faltones en foros y blogs, siendo en la mayoría de los casos, firmados por un anónimo. Me parece muy correcto el querer mantener la intimidad en un medio como éste (yo lo hago), pero si es así, que por lo menos sea para algo constructivo.

A mí me sirve una norma muy sencilla que me suelo aplicar: cuando critico a alguien que no está presente, tiene que ser una crítica que sea capaz de decírsela a la cara. Si no es así, me estaré comportando como un mezquino. Llevada esta sencilla norma a internet, ¿cuántos comentarios mezquinos se pueden leer en un sólo día? Por cierto, acabo de encontrar un significado de mezquino que resume bastante bien lo que quiero decir: "falto de nobleza de espíritu".


lunes, 8 de marzo de 2010

Fiebre

Llevo todo el día encamado por culpa de la fiebre. Las horas pasan muy lentas cuando uno está enfermo y la cabeza no para de ir de aquí para allá; parece mentira, pero he echado de menos ir a trabajar.

En esas idas y venidas mentales, me ha dado por pensar en ideas de negocio y gracias al portátil que tengo en la cama he trasteado un poco. Es alucinante ver la cantidad de maneras fáciles y seguras de hacer dinero que existen en la web, incluso puedes encontrar vídeos de youtube en los que sale un tío explicándolo... Por supuesto, no he llegado a ninguna conclusión válida, así que no os puedo hacer partícipes de la idea del siglo.

Lo que sí se me ha ocurrido es crear un blog "cara B" que he titulado "Fotos de un nadalista". La idea original de crear una especie de blog secundario se la debo al Náugrafo Digital; él tiene algo parecido con su blog y cuando lo descubrí me pareció una gran idea. Sirvan estas líneas para agradecerle tal ocurrencia.

Fiebre actual: 37,7º

sábado, 6 de marzo de 2010

Spotify

Spotify me recuerda que me daría miedo ser rico. Pero no sólo eso, ver a los niños de hoy en día a los que ningún regalo les hace ilusión, también me da mucho miedo. Descargar películas por internet me produce el mismo efecto, al igual que comprarme un capricho del que me "descapricho" a los pocos días.

Yo no soy rico y aunque admito que la idea de serlo es seductora, también he de admitir que me aterra. Obviaré las muchas ventajas de estar forrado para centrarme en su principal desventaja, que no es otra que el alto riesgo de pérdida de ilusión. Me daría pánico que ya no me hiciera ilusión conseguir una buena localidad para ver la final de un Eurobasket, o darme el capricho de gastarme 80€ para ver un concierto de U2, o tener ilusión por ir algún día a Roland Garros o Wimbledon... o ver el 7º partido de una final NBA entre los Celtics y los Lakers... por no hablar de ese portátil ultra-plano y precioso de diseño que nunca me compraré porque me parece demasiado caro, y aunque no sea un precio prohibitivo, mi moral o educación me dirá que me compre el otro ordenador con mejor calidad-precio pero un poco más feo de diseño.

Con Spotify me entran esas peligrosas sensaciones, las de tener posibilidad de poseerlo todo y, precisamente por ello, no valorarlo. Hace ya unos cuantos años era un loco de la música y me apasionaba comprarme el último cd de mi grupo favorito, o descubrir nueva música en mi tienda favorita, Planet Rock (que por supuesto, ya cerró). Recuerdo que eran mis 18€ mejor invertidos (3.000 pelas, antes del euro) ya que suponía un tesoro para mí. Cuando lo metía en la mini-cadena, lo oía una y otra vez hasta conseguir que aquella canción menos agraciada terminara por gustarme. Siempre estaban las 2 ó 3 canciones estrella, pero yo era de los que pensaba que las 11 canciones del disco merecían su atención, todas tenían derecho a su oportunidad de ser esa cancioncilla que se te cuela en el cerebro y no puedes dejar de tararear... pero la mayoría de ellas, con el tiempo, pasaban al olvido. También hubo grandes descubrimientos, gracias a esa pequeña dosis de paciencia, que aún perduran en mi recuerdo.

Para los que no conozcan Spotify, simplemente diré que es un programa mediante el cual tienes acceso a toda la música que quieras de una forma gratuita e instantánea. Es un invento maravilloso, pero hace que desprecie lo que hay detrás de cada canción; muchas veces soy incapaz de escuchar un tema entero porque al rato me viene a la cabeza otra canción y hago click en ella. Cuando entro en esa espiral de zapping musical, me acuerdo de otros tiempos en los que escuchaba en la radio una canción que conseguía mal-grabar en una cinta de cassette; al poco tiempo se convertía en un pequeño himno para mí, y una vez transcurridos 2 meses, me animaba a comprar el cd donde aparecía acompañada de 10 canciones-basura, a las que dedicaría mi tiempo para tratar de comprenderlas con un resultado más bien pobre.

Si fuera rico, el mundo se transformaría en un Spotify a lo bestia, un Spotify en el que podrías tener todo lo que quisieras al instante. Al igual que yo ahora paso de una canción de REM a otra de Radiohead, para terminar escuchando a The Cure; si tuviera acceso a ese Spotify a lo bestia, pasaría de un Aston Martin a un Ferrari, para terminar probando un Bentley... por poner un ejemplo automovilístico.

Hoy en día, si escucho una canción nueva que me gusta no tengo más que buscarla en Spotify y, aunque resulta muy cómodo, le resta magia e ilusión. Pierde su toque romántico... como aquella chica que te molaba en la adolescencia y que te volvía aún más loco porque pasaba de ti. Si esa tía te llega a decir "sí" la primera noche, se hubiera convertido en una Spotify Woman... supongo que con el Aston Martin pasaría lo mismo.

miércoles, 3 de marzo de 2010

Ranking 3 (turno 6º, 2009-2010)

Una vez secadas mis lágrimas de ayer, vuelvo a hablar de chorradas. Y qué mejor gilipollez que relataros los resultados de mis tenistas amateurs favoritos, como viene siendo habitual cada 3 semanas:

Iosu: doble derrota en el tie-break (6-7 y 6-7) que le manda al grupo 19. No tuvo suerte nuestro tenista más veterano.

Joaquinito: derrotas más claras (3-7 y 2-7) y descenso al grupo 16. Sigue sin superar cierto trauma con cierto madurito.

Miguel: 2 derrotas (5-7 y 2-7) que le llevan al grupo 13. El lunes se operó con éxito de su muñeca y parece ser que la recuperación va a ser más rápida de lo esperado. Mucho ánimo!

Fernando: tras tanta derrota me da un poco vergüenza... doble victoria (7-5 y 7-3) y ya estamos en el grupo 6.

Por último, y para levantar el ánimo tras el post de ayer, os dejo la última canción de un grupo que me encanta.

NOTA: Dmitry, sigo sin aplicar el consejo informático que me diste.

martes, 2 de marzo de 2010