El otro día acudí con mi mujer a un concierto del grupo arriba indicado y salimos gratamente sorprendidos. Uno ya empieza a cumplir añitos, así que el bagaje de conciertos a mis espaldas empieza a ser extenso por lo que ya me he acostumbrado a ver sobre escenarios a músicos con egos muy crecidos que muestran poco respeto por el público fiel que paga su entrada.
Parece norma habitual cuando acudes a un concierto de los "buenos" el tener que soportar la impuntualidad del artista en cuestión, o tener paciencia con los aires de grandeza de la estrellita de turno que se cree el "rey de mundo", por no hablar de los precios desorbitados que se pagan en este tipo de eventos, llegando a cifras que superan los 70€ por ver tocar a un grupo durante 2 horas. Y en muchos casos soportando largas colas para ver lo más cerca posible al grupo, conformándose en caso contrario con verles desde la fría y lejana grada. Tampoco quiero generalizar, así que sólo salvaré de estas críticas (salvo la del precio de la entrada) al bueno de Bruce Springsteen.
En cambio, en la fría noche pamplonesa del sábado pasado volví a recordar que no todo son macro-conciertos de mega-estrellas; había olvidado que también existe gente normal en esto de la música, alejada de los grandes estadios y que toca en pequeños locales de la geografía española, y que, por supuesto, a la salida del concierto no les espera un mercedes a cada uno de los músicos que les lleve al aeropuerto más cercano para coger su avión privado. Los catalanes Delafé y las Flores Azules lo bordaron en su actuación, pero no quiero dejar pasar una serie de detalles que hicieron que ahora esté escribiendo este post.
La hora anunciada para el comienzo del concierto eran las 21h, cosa que a mí me pareció un poco raro, así que llamé a la sala del concierto donde me informaron que empezaba a las 22h. En un periódico también llegué a ver que la hora fijada para el comienzo del evento era las 22:30h. Nosotros fuimos a las 22h, pero ya había gente desde las 21h; aún así el ambiente era relajado porque había buena música y los asistentes disfrutaban charlando y bebiendo cerveza.
A las 22:05h salió el cantante al escenario para decirnos que ellos ya estaban preparados, pero si no nos parecía mal, preferían esperar hasta las 22:30h porque se habían enterado que había gente que llegaría a esa hora debido al error en la publicación de las horas. Y todo lo dijo con una naturalidad y humildad a la que no acostumbran las estrellas del mundo del rock... parecía que nos estaba pidiendo perdón.
Tenía razón el bueno del cantante ya que vino bastante gente en ese intervalo de tiempo. A las 22:30h (exactamente a la hora que nos comunicó), empezaron el concierto y desde el primer momento nos cautivaron a todos los ahí presentes; desde la guapa cantante con su encanto especial, pasando por el cantante con su forma de cantar y moverse en el escenario, hasta los trompetistas con sus figuras orondas y sudaderas naranjas con la marca BIC (la de los bolis).
Interactuaron continuamente con el público, hablando con nosotros, accediendo a peticiones de canciones y algo más... una chica del público le dijo a la cantante que su marido estaba enamorada de la guapa artista (no me extraña). Ella, un poco sorprendida, respondió con una sonrisa mientras su compañero de grupo preguntó de una forma simpática: ¿y qué hacemos? ¿se la regalamos? Al final todo quedó en un autógrafo de Helena (que así se llama la cantante), a la vez que le decía a la mujer del admirador: joe, le tienes que querer mucho...
A la hora y cuarto del concierto, avisaron que se iban, a lo que el público respondió con un rotundo NOOOO. El cantante (de nombre, Oscar), visiblemente cansado por sus continuos movimientos en el escenario respondió con una sonrisa: ya, pero es que vosotros no estáis bailando como yo, no puedo más. Entonces Helena añadió lo siguiente: bueno, los de la primera fila sí que están bailando sin parar, ante la ovación de estos, ilusionados ante tal afirmación (sí que es cierto que lo estaban dando todo). Oscar sonrió y le dio la razón a su compañera; el show debía continuar.
Finalmente el concierto se fue hasta casi las 2 horas de duración; un concierto lleno de buen humor, optimismo, humildad, entretenimiento y "buen rollo". Sirva de dato para corroborar esto último, que mi mujer acudió al concierto sin saber mucho del grupo y salió encantada de la vida, más feliz incluso. Ah, se me olvidaba, y todo ello por sólo 9€.
Os iba a dejar una de las canciones que grabé durante el concierto, para que os hicierais una ligera idea de lo que allí se vivió, pero no consigo subir el vídeo ni a blogger ni a youtube, así que simplemente os puedo dejar una foto que les saqué (¡qué pena!).
Qué pena no haber estaU. Habrá una segunda vez jeje
ResponderEliminarPat.
Ya sabes... en marzo vuelven a Pamplona. Qué rabia me ha dado no haber podido colgar alguno de los vídeos que les grabé en el concierto... tienen algo especial.
ResponderEliminarQue bueno, que buen rollo¡ Ni idea de quienes son ...investigaré sobre ellos que tengo que renovar mi colección de música (ejem, lista del Spotify mejor dicho)
ResponderEliminarSldos:)
Que bueno que tenemos Youtube. Nunca antes he oído de este grupo pero a través de Youtube pudo ver varios videos de sus canciones incluso una entrevista con Oscar y Helena. Aunque la música de este grupo no es mi “cup of tea” (como se dice en ingles) parecen muy encantador.
ResponderEliminarLa mayoría de conciertos en EE.UU. empiezan no más tarde de 20:00 h porque por mayor parte nosotros nos acostamos a las 22:00 h :)
Saludos.
ya me alegro de estiviera bien!
ResponderEliminara ver si para la próxima vez me llevas a un concierto baratico
huesitos
Rucky, estas fatal pero te quiero mucho.
ResponderEliminarYo también te quiero, Javi.
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